No es que sea propio de las mermeladas, ni que la mermelada lo provoque, mucho menos que lo cure; es simplemente que la mermelada fue el primer objeto de estudio, donado por la casualidad, que permite ahora definir e identificar lo que he venido a teorizar como síndrome; así, el síndrome de la mermelada
Con base en una acción específica que se observa repetitiva en la mayoría de las personas y que puede definitivamente contener implicaciones mucho más profundas en el campo de acción de los mismos individuos, pongo a consideración del lector como evaluación primaria a la alacena propia y ajena lo que aquiíexpongo
Es sencillo, algo que todos hemos visto pero de lo que no hemos caído en cuenta.. cuando queda en el frasco de mermelada no más que lo untable en una rebanada de pan, simplemente, la devolvemos a la alacena; no importa el nivel de antojo, hambre o depresión que tengamos, el frasco será invariablemente devuelto a su lugar... hasta que llega otro frasco de mermelada, sin que esto necesariamente implique que el primero se terminé... más aún se quedará ahí para la posteridad y la observación, al devolverse continuamente a su sitio..
Contextualizados en el fenómeno, he de decir ahora que esto es un reflejo del miedo del ser humano a la responsabilidad, simplemente nadie quiere ser el culpable de que ya no haya mermelada; es preferible ser el buen compañero, hermano o visitante que sacó el alimento caduco de su lugar de almacenamiento en aras de no permitir que nadie se enferme... "no vaya a ser que se le antoje a alguien y esto ya no sirve"..
Así que bueno, no es nuevo ni no conocido que los seres humanos preferimos el halago que la culpa.. así por la mermelada, así que yo invito al lector a que se acabe la mermelada (y la miel, y el arroz y la última lata de atún) porque al final, más vale bien comérselo que tirarlo a la basura a veces incluso sin haberlo probado..
Dejo aquí a consideración de quien lee las implicaciones propias de su campo de acción y la valoración, más que de los hechos, de las acciones que se ven reflejadas en la cotidianidad
Con base en una acción específica que se observa repetitiva en la mayoría de las personas y que puede definitivamente contener implicaciones mucho más profundas en el campo de acción de los mismos individuos, pongo a consideración del lector como evaluación primaria a la alacena propia y ajena lo que aquiíexpongo
Es sencillo, algo que todos hemos visto pero de lo que no hemos caído en cuenta.. cuando queda en el frasco de mermelada no más que lo untable en una rebanada de pan, simplemente, la devolvemos a la alacena; no importa el nivel de antojo, hambre o depresión que tengamos, el frasco será invariablemente devuelto a su lugar... hasta que llega otro frasco de mermelada, sin que esto necesariamente implique que el primero se terminé... más aún se quedará ahí para la posteridad y la observación, al devolverse continuamente a su sitio..
Contextualizados en el fenómeno, he de decir ahora que esto es un reflejo del miedo del ser humano a la responsabilidad, simplemente nadie quiere ser el culpable de que ya no haya mermelada; es preferible ser el buen compañero, hermano o visitante que sacó el alimento caduco de su lugar de almacenamiento en aras de no permitir que nadie se enferme... "no vaya a ser que se le antoje a alguien y esto ya no sirve"..
Así que bueno, no es nuevo ni no conocido que los seres humanos preferimos el halago que la culpa.. así por la mermelada, así que yo invito al lector a que se acabe la mermelada (y la miel, y el arroz y la última lata de atún) porque al final, más vale bien comérselo que tirarlo a la basura a veces incluso sin haberlo probado..
Dejo aquí a consideración de quien lee las implicaciones propias de su campo de acción y la valoración, más que de los hechos, de las acciones que se ven reflejadas en la cotidianidad