lunes, 19 de enero de 2015

Qué media naranja ni qué ocho cuartos


La que escribe nunca soñó con casarse, la verdad es que, a diferencia de la mayoría de mujeres que conozco, unir mi vida para siempre a una persona nunca fue mi prioridad; ni siquiera tengo historias de esas que cuentan de ponerme la sábana en la cabeza y jugar a que caminaba al altar.

Así pasé mis años de noviar, sin novio (bueee), pero aprendiendo de la gente y sobre todo de mí, aprendí qué me gustaba, qué definitivamente odiaba, descubrí las cosas que me hacían feliz;entendí qué era lo que no quería junto a mi (claramente porque me pasó de todo lo malo y de todo lo bueno); pero más allá, entendí que lo que no quería era "serlamujerdetrásdeungranhombre"; asumí que si estabas con alguien, a fuercitas y de seguro, te iban a poner atrás.

Bajo este fundamento hice y deshice con un "terror al compromiso" que más bien me gusta definir como: negación a pasarme para atrás.

Honor a quien honor merece, en el camino hubo algunos unos que me ayudaron a creer a veces que no todo estaba perdido. Pero hubo sólo uno, que me ayudó a creer, que me enseñó que

"un hombre y una mujer pueden caminar juntos, alineados, en el mismo nivel, nadie adelante de nadie y sobre todo, nadie atrás de nadie, hacia el mismo lugar"
 
Resulta que es sumamente injusto dar por sentado, tuve la fortuna de encontrarme con el más considerado y equidoso de género; y así, hemos ido refutando todos y cada uno de los mitos y fundamentos locos de mi cerebro.  Porque así es como me rompió el esquema y me tiene completa y absolutamente enamorada
 
La moraleja es que no se debe buscar una media naranja, sino una naranja completa, orgullosa de serlo y lista para compartir el frutero con otra naranja igual de completa; siempre y cuando quieran hacer el mismo jugo.


DESPEDIDAS LEJANAS

Todavía me parece que fue ayer cuando cantábamos despechadas en compañía de una botella de tequila de dudosa procedencia, a pulmón pelado las canciones de la internacionalmente reconocida Paquita la del Barrio, asegurando que había UN que nos había dedicado canciones de nostalgia y arrepentimiento. Deseando más bien que nos extrañaran..

Cuando despertábamos una al lado de la otra después de una intensa fiesta en la que habíamos decidido ligar sin obtener del todo una victoria ( o victoriosas).

Aún siento que voy a encontrarte en mi próxima aparición en clase para decidir a cuál de los antrillos de mala muerte en derredor de la universidad asistiríamos la referida tarde.

Recuerdo con perfecta claridad cuando, en un afán de deshacernos de nuestros fantasmas, decidimos probar las mieles de la juventud en dos conejillos de indias que nos hicieron reír tanto, (de quienes nos reímos tanto) y a quienes sin pena ni gloria podíamos cantar “hacer el amor con otro”de la Guzmán, que se volvería nuestro himno a capella o bien acompañadas.

Hay algunas otras cosas de las que no quiero acordarme, pero definitivamente las más, son aquellas increíbles memorias de nuestro paso juntas por la universidad, por el amor, el desamor, la borrachera, el despecho, la cruda, Calderón, las aduanas, las fiestas.. que apilo en un lugar muy especial en mi corazón.

No puedo creer aún que te me casaste! Entiendo que es el ciclo de la vida, y me hace muy feliz saber que estás tan contenta, haciendo algo que siempre has querido hacer, iniciando una nueva e importante etapa en tu vida. Quién diría que nuestro sentir y nuestros quereres habrían cambiado tanto desde un congreso en Monterrey hace bien poquitos años.
 
Creo sin embargo, que lo que me provoca nostalgia es descubrir que todas estas anécdotas son sólo recuerdos, por lo que deseo de todo corazón que sigamos construyendo recuerdos juntas. En estos nuevos días en los que de verdad podemos hablar de amor

Te deseo toda la felicidad del mundo y espero que podamos vernos pronto

TE QUIERO SIEMPRE